Protocolo Autónomo–Mandato- del Pueblo Arhuaco- de la Sierra Nevada de Santa Marta para el relacionamiento con el mundo externo incluyendo la consulta y el Consentimiento previo, libre e informado 2. EL MAMU, MÁXIMA AUTORIDAD ESPIRITUAL Las personas portadoras del conocimiento y encargadas de hacer cumplir y orientar el mandato y directrices de los padres y madres espirituales son los Mamu mediante consultas a los murunsama. Hacen parte esencial del sistema de autoridad ancestral y gobierno propio, en la medida en que todas las acciones de la vida cotidiana están inspiradas y contempladas en la Ley de Origen como garante de la armonía de la vida. La Ley de Origen enseña la manera como se procede para lograr que las fuerzas negativas se mantengan tranquilas en el lugar que les corresponde. Y del conocimiento sobre el manejo de esas fuerzas, son responsables los Mamu, como autoridades espirituales en su relación con los elementos de la naturaleza en sus Kunkurwa. El Mamu como máxima autoridad espiritual son los depositarios del saber ancestral, la memoria y la Ley de Origen. Por tanto son los Mamu quienes realizan la consulta espiritual que guía nuestro actuar como pueblo y traducen el mandato que establece la Ley de Origen, son quienes dicen qué se hace y qué no se hace en la vida y en el territorio ancestral y sagrado de la Sierra Nevada de Santa Marta. En los casos en que se permite una intervención en la vida y en el territorio ancestral y sagrado de la Sierra Nevada, los Mamu son también quienes orientan sobre el cómo hacerlo. 3. CUIDAR Y MANTENER EL ÁNUGWE IKU EN EL TERRITORIO Para la permanencia de la identidad cultural dentro del territorio ancestral, es necesario realizar de manera permanente el ejercicio espiritual para instalar el ánugwe iku, para que este no se retire y se devuelva a su lugar de origen (azakusiku), y que en su lugar no se posesionen otros pensamientos o espíritus; es decir, el ánugwe bunachu. Se desprende de allí la idea de que si no estamos ubicados dentro de la espiritualidad y pensamiento iku, no podemos razonar 52

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