Reflexiones desde las experiencias de consulta previa
Resulta de vital importancia hacer visibles las apreciaciones del desarrollo
de los procesos de consulta mediante las declaraciones de un líder indígena.
Consideramos que estas percepciones vislumbran los próximos retos que el
Estado debe enfrentar para garantizar la participación de los pueblos indígenas
en los procesos de consulta previa, y de ese modo hacer valer el derecho de los
pueblos indígenas y originarios a definir sus propias prioridades de desarrollo.
Por ello, sobre la base de su experiencia, hemos solicitado a Lizardo Cauper que
comparta con nosotros sus apreciaciones sobre la implementación del derecho
a la consulta en el Perú. De esta manera se ha redactado el siguiente texto, que
recoge las opiniones del dirigente.
La consulta es una oportunidad
La consulta no solo aborda el tema específico que será consultado, sino que,
además, es una oportunidad para que los pueblos indígenas u originarios
manifiesten sus necesidades y problemas en torno a la satisfacción de necesidades
básicas de educación, salud, territorio y otros. En los procesos de consulta, los
pueblos indígenas u originarios han presentado estas demandas históricas y han
sido escuchados. Esto es de suma importancia, pues coloca estos temas en la
agenda de los ministerios. Sin embargo, los procesos de consulta no pueden ser
considerados por sí mismos exitosos, puesto que no hay respuestas concretas de
parte del Estado para atender los problemas que se señalan. «No vemos, después
de todo el proceso de consulta, la otra parte del seguimiento que se puede dar a
las demandas que tienen los pueblos indígenas».
Desde ORAU, los pueblos indígenas tienen un programa de vigilancia indígena
para monitorear los acuerdos. No obstante, es necesario establecer alianzas
estratégicas con los ministerios que han asumido compromisos para poder
hacer el respectivo seguimiento. Con ello, se busca que el cumplimiento de los
acuerdos no se vea como un favor político, sino como el ejercicio de un derecho.
En palabras de Lizardo Cauper, «muchos de los políticos han usado este tipo de
programas como campañas políticas; entonces, no se sienten como un derecho
que ellos reciben, sino un favor político: si vas a apoyar esta gestión, tienes todos
estos servicios».
La información que se brinda en los procesos de consulta no es
suficiente
Como la consulta es concebida como una oportunidad para generar acuerdos
que les permitan satisfacer sus intereses y necesidades, la información que se
requiere conocer no debe restringirse a la medida. Esto porque en hidrocarburos,
por ejemplo, se aprueba una propuesta de licitación de lote petrolero, pero no
es hasta cuando la actividad se implementa que se conocen todos los impactos,
e incluso los beneficios que se pueden obtener. «[…] no sabemos cuál va a ser la
parte operativa. […] ¿Se van a respetar los derechos de los pueblos indígenas u
originarios? […] Pero también necesitamos saber los roles que va a tener el Estado
y cuáles son las demás instituciones que tienen que ver el tema de medioambiente.
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