Reflexiones desde las experiencias de consulta previa están de acuerdo, en algunos momentos y con garantía de autonomía por parte de las entidades estatales. Un asunto álgido era que los representantes de las empresas manifestaban la perspectiva de articular consulta previa y participación ciudadana en un solo proceso; por ejemplo, que la consulta previa se aplique una sola vez durante la elaboración del estudio de impacto ambiental (EIA), descartando, eso sí, la consulta en el momento de la concesión. En este tema, representantes de la sociedad civil han evidenciado sus diferencias. En esos momentos, empresarios participantes del GDMDS sostenían que en el sector empresarial no había una posición en bloque: «Hay diferencia en temas de fondo y en matices; incluso, dentro de las mismas empresas se expresan diferencias y justamente trabajos de esta naturaleza y los espacios en los que se puede dialogar con libertad y pluralidad sobre la materia contribuyen a acercar las miradas» (Irigoyen 2015: 42). A inicios del 2014, la propia presidenta de la SNMPE, Eva Arias, hizo públicas sus preocupaciones sobre el posible impacto de la consulta previa en las inversiones, refiriendo que «cualquier proceso de consulta previa mal utilizado puede hacer muchísimo daño» (El Comercio, 21 de mayo del 2014); también dijo que, por último, los países podrían retirarse de la consulta previa si lo pidiesen. Ante estas opiniones, no hubo mayor comentario oficial de empresarios, aunque sí se escucharon algunas voces disconformes en el marco de los diálogos del GDMDS, provenientes tanto de la sociedad civil como del Estado. Durante ese período, la SNMPE aparentemente prefirió actuar con cautela. Revisando su página web, vemos que del 2012 al 2014 no se encuentran comentarios respecto a la consulta previa por parte de la SNMPE como gremio mayor, ni de sus afiliadas. Tampoco en su Memoria institucional la SNMPE hacía ningún comentario sobre el punto, aunque en la «Carta a los asociados», firmada por el presidente, menciona que había sido un tema de preocupación institucional (Sociedad Nacional de Minería y Petróleo 2016: 7).10 Ante las resistencias de un sector importante de empresarios y funcionarios del sector minero, algunos representantes del sector empresarial que participan del GDMDS —incluso de grandes empresas— hicieron conocer su preocupación por el rechazo a la consulta previa: «Discutir si se debe consultar a los pueblos indígenas —y de paso al resto— por aplicar el Convenio 169 […] es completamente anacrónico. Asumir que las inversiones se van a ir por respetar la ley no tiene ni pies ni cabeza» (Irigoyen 2015: 60). Estas reflexiones fueron certeramente recogidas en la sistematización del trabajo de la Comisión de Consulta del GDMDS: 10 Como fuera señalado, consideramos este artículo como un acercamiento inicial al tema; aún no se ha tenido la oportunidad de dialogar más profundamente con líderes empresariales sobre los resultados de las consultas previas implementadas en el sector minería. 197

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