Protocolo Autónomo–Mandato- del Pueblo Arhuaco- de la Sierra Nevada de Santa Marta para el relacionamiento con el mundo externo incluyendo la consulta y el Consentimiento previo, libre e informado etc.) se rigen y se correlacionan entre sí para construir una sola unidad de gobernabilidad; es la vida misma, es la dinámica de la vida. Por esta razón como Iku, para cualquier toma de decisión política, espiritual, administrativa o jurisdiccional, los Mamu y las autoridades tradicionales (Comisarios y Cabildos con el apoyo de Cabos y Semaneros) deben consultar a la madre en el Ka’dukwu -lugar sagrado-, para que dichas decisiones no vayan en contra de los principios culturales y sociales que nos dejaron nuestros padres espirituales (Ley de Origen). Los indígenas de la SNSM tenemos la misión de viabilizar estas leyes. Todas las cosas en tal sentido, tienen el ga’kunamu o paperi, que son como los códigos para interpretarlos y regir la vida. El no cumplimiento de estas prácticas interrumpe la dinámica o gobernabilidad requerida y es cuando llegan los problemas; es cuando se presenta lo que llamamos injusticia, tanto en modo de manifestaciones naturales como problemas sociales de toda índole. En tal contexto, para los Arhuacos todo es vital. El territorio, el espacio, el tiempo y la relación de vida que se establece con todas las especies. Es por eso que se habla del territorio ancestral y sagrado o ancestral como la base de lo más importancia en la vida. La gobernabilidad se ejerce a medida que la constitución de la Ley de Origen es interpretada o se hace posible interpretarla en la existencia de todas las cosas tanto en sentido Ánugwe o Tikurigun y Tina’ Naba, es decir, la dimensión espiritual y material. La Ley de Origen contempla que la vida es universal y única. Todas las especies animales, vegetales, minerales y humanos proceden de un mismo origen, pero cuando parte de los ánugwe también se expresaron en materia, los padres mayores lo establecieron según sus características espirituales y materiales en los lugares geográficos de Seynekun -la Madre Tierra-, todos somos hermanos entre las especies animales, vegetales, minerales y humanos, pero para que la vida sea posible, debe conservarse el orden de origen; los iku tenemos la responsabilidad de proteger y cuidar los territorios ancestrales tradicionales y sagrados. 49

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