Contexto y ejercicio de los derechos colectivos de los pueblos indígenas
El proceso histórico de los pueblos indígenas u originarios de la selva fue distinto,
debido a la dispersión y aislamiento geográfico; los pueblos amazónicos, al
ser concebidos como salvajes, lograron desarrollarse separados de la tutela
colonial y republicana (Alfaro 2008: 199-200). Por ello, alejados de la presión
homogeneizante de las zonas andinas, y a pesar de la intervención estatal para
reconocerse como comunidades, los pueblos indígenas de la selva habrían
conservado más notoriamente su identidad como pueblos diferenciados.
Las razones de Alfaro (2008) para explicar por qué en los Andes no existe un
movimiento social articulado sobre la base de identidades étnicas nos permiten
continuar el análisis de la discriminación y el debilitamiento indígena andino.
Alfaro refiere, en primer lugar, la carga peyorativa que adquirió la categoría indio
—ignorancia y servidumbre— luego de la eliminación de la elite indígena; la
incitación del Estado a las poblaciones indígenas para denominarse campesinos;
la influencia de ideologías como el indigenismo o el marxismo; la violencia interna
que sufrió el Perú en los últimos 20 años, fundamentalmente en los Andes;14 y la
estrategia de integración a la sociedad nacional15 de los campesinos-indígenas
para salir de la exclusión histórica (Alfaro 2008: 195-196).
Al respecto, otro proceso importante para el análisis de la identidad indígena
andina es la toma de tierras de mediados del siglo XX, dado que permitió, según
Alfaro, la recuperación de los espacios vitales de las comunidades campesinas, la
ampliación del sistema educativo, y la expansión del mercado interno y los medios
de comunicación, creando nuevas formas de adaptación a dicho mercado y a la
urbe (Huguet 2014). Así, se habrían desarrollado procesos democratizadores que
propiciaron que las identidades andinas, mas no las amazónicas, se debilitaran
políticamente (Alfaro 2008: 195). Según Huguet, el incremento de la migración
del campo a las ciudades, pese a la conquista de una serie de derechos sociales
y económicos, también significó procesos de pérdida de las características e
instituciones propias de las culturas originarias (Huguet 2014).
14 Alfaro, en atención a este punto, señala que «[…] la hostilidad hacia las prácticas tradicionales
indígenas desarrollada por el clasismo ideológico senderista y los enfrentamientos que esta organización tuvo con las fuerzas armadas constituyeron dos grandes impedimentos para la conformación de identidades políticas organizadas con reivindicaciones étnicas. Sendero Luminoso no
solo coartó las expresiones étnicas de los pobladores andinos sino que también eliminó a un gran
sector de líderes campesinos, como también lo hicieron las fuerzas armadas, obstaculizando así
toda iniciativa de organización política. Según la CVR [Comisión de la Verdad y Reconciliación]
aproximadamente 1503 personas, el 23% de las víctimas fatales provocadas por SL [Sendero
Luminoso] fueron autoridades o dirigentes de ese tipo (alcaldes, regidores, subprefectos, gobernadores, tenientes gobernadores, dirigentes locales, etc.). El conflicto armado interno descabezó
el campo, eliminó a las elites rurales capaces de movilizar a la población políticamente» (Alfaro
2008: 196).
15 Esta integración a la sociedad consistió, según Alfaro (2008), en la «toma de tierras, la demanda
y extensión de la educación en las localidades rurales, el comercio informal y la migración voluntaria a las ciudades a partir de la década de 1950». Al respecto, refiere Sinesio López que «en su
afán de conquistar derechos ciudadanos, no exigieron ser reconocidos como un segmento cultural
diferenciado del resto de la sociedad peruana, no construyeron identidades étnicas marcadas.
Más bien, dejaron de llamarse indígenas para denominarse campesinos, cholos, provincianos o
mestizos, sin que ello haya implicado una asimilación ciega a la cultura dominante» (López 1997:
219-229).
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