La IMPLEMENTACIÓN del DERECHO a la CONSULTA PREVIA en PERÚ
Sobre autoidentificación indígena en el Perú y según nuestra experiencia en la
puesta en práctica de la consulta previa, podemos afirmar que existen comunidades
nativas11 que se identificarían con sus propias comunidades y, en un nivel mayor,
gran parte de ellas, respecto de un pueblo, a quien no llamarían indígena, sino
por su nombre propio, por ejemplo, awajún, asháninka, capanahua. Por su parte,
las comunidades campesinas12 establecerían su diferencia e identidad a partir
de sus propias comunidades, sin que necesariamente exista un colectivo mayor
al que llamen o comprendan como pueblo. Más bien, algunas comunidades
campesinas rechazan el término indígena —por entenderlo como sinónimo de
desprecio debido a la discriminación histórica asociada con dicho término— y
prefieren el término originario.
Sobre este último punto, cabe señalar que el rechazo de identificarse como
indígena en el Ande responde a procesos de discriminación, exclusión y generación
de incentivos para convertirse en campesinos comuneros (Barrio y Damonte
2013). Sobre ello, Guevara presenta la posición de Paul Gelles y Frank Salomon,
indicando que mientras el primero admite la existencia de un colectivo indígena a
partir de las creencias y prácticas distintivamente andinas, Salomon cuestiona la
utilidad de atribuir la condición de indígena a quienes la rechazan rotundamente
y plantea concentrarse en los procesos propios de creación de identidad que se
desarrollan en los Andes (Guevara 2009: 86).
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Coincidimos con Salomon (en Guevara 2009), en cuanto a la necesidad de estudiar
los procesos propios de creación de identidad, y también con Gelles (en Guevara
2009) en cuanto a la posibilidad de fundamentar la existencia de una identidad
indígena, quizá no como colectivo aglutinante de identidades locales, pero sí
capaz de fundamentar que son sujetos de los derechos de los pueblos indígenas u
originarios, a partir del análisis de sus particulares procesos identitarios.
En segundo lugar, cabe referirnos a los fenómenos de homogeneización,
discriminación y debilitamiento de la o las identidades indígenas respecto a la
identificación de pueblos indígenas u originarios en nuestro país. Cabe señalar
que la ausencia de identidades étnicas sólidas en la región andina responde
a las estructuras políticas del imperio incaico y del virreinato. Mediante dichas
estructuras, se intentaba reunir a la mayor cantidad de grupos locales para lograr
que fueran más centralizadas y jerárquicas, con el fin de alcanzar la homogeneidad
ideológica, cultural y lingüística (Alfaro 2008: 194).13
11 Con esta afirmación no pretendemos generalizar la realidad de todas las comunidades nativas,
pero sí resaltar que, en nuestra experiencia, hemos evidenciado lo descrito.
12 De la misma manera que en el caso anterior, se trata de evidenciar aquello que hemos encontrado
en nuestra experiencia, sin que esto signifique que no existan casos en los que ello no se aplique.
13 Sobre este tema, Richard Chase Smith (2001), citado por Alfaro (2008), refiere lo siguiente: «[…]
aquellos pueblos indígenas que vivían cerca de los centros de desarrollo extractivo y comercial
experimentaron una mayor desarticulación en términos de idioma, identidad, lealtad política y
estándar de vida que aquellos que vivían en zonas periféricas a dichos desarrollos […] en las áreas
periféricas de estas antiguas organizaciones políticas complejas, tales como la Cuenca Amazónica, la parte sureña de América Central, el norte de México y la región del Cono Sur, actualmente
encontramos gran diversidad lingüística, así como pueblos con gran sentido de identidad de
grupo y autonomía personal».